martes, 28 de febrero de 2017

Fanfic's Arashi: "Dulce Fuego"

Hola gente bonita.

Algunas de ustedes me conocen como Jun Kokeshi y hoy vengo a dejarles mi nuevo blog. El anterior fue eliminado por Blogger y todo en el murió... mucho de eso tengo aún guardado pero lo que fueron los fics de plano se extinguieron así que para estrenar el blog pensé en dejarles precisamente eso: UN FIC.

Y no es cualquier fic... Es uno con temática yaoi hard así que bajo su propio riesgo les dejo un rico y suculento SakuMoto:




Él era mi dueño y yo... un simple prisionero de este apasionante amor.

04:00am y él ya no esta, nuevamente estoy sólo en esa gigantesca cama, cubierto únicamente con una sábana blanca después de haber tenido relaciones sexuales con desenfreno y mucha pasión.

Sho y yo, compañeros de trabajo y amigos pero sobre todo, amantes. 
Desde que era un niño y entramos a la agencia de talentos siempre lo admire, nunca me di cuenta cuando esa admiración se transformo en amor, un amor un tanto extraño. Sho no me quería a mi, él amaba a Masaki y desquitaba su frustración conmigo, su amor, su pasión reprimida, su deseo por Aiba, todo lo desquitaba con su juguete; yo. El que siempre estaba ahí para él, el que se le ofrecio con descaro, al que no le importaba que Sho le hiciera el amor pensando en alguien más...

Llegue esa mañana temprano a la compañia, como siempre fui el primero en llegar, me dirigi al camerino que compartiamos los cinco y espere a que los chicos llegaran, no tuve que esperar mucho ya que de uno en uno fueron llegando; Nino, Sho, Satoshi y finalmente Masaki. Ese día teniamos que grabar las canciones para el nuevo single pero ninguno venía inspirado, todos pareciamos perdidos en nuestro propio mundo y decidimos suspender las grabaciones para otra ocasión.

Satoshi había invitado a Nino a comer así que fueron los primeros en irse, mientras recogia mis objetos personales note como Sho y Masaki conversaban animadamente aparentemente ignorando mi presencia... "¡Odio cuando le sonrie de esa manera!" pensé mientras veía a Sho con disimulo, aprete con fuerza el bolso tratando de contener mi rabia y frustración, tratando desesperadamente de no mostrar la infinita tristeza que sentía mi corazón...
-Nos vemos luego... -Alcance a decir antes de salir corriendo del camerino. Ya tenía suficiente, quince años aguantando ser el plato de segunda mesa... ¡NO, ni eso era! Siemplemente era el juguete sexual de Sho, no me quería, no me deseaba, simplemente buscaba con quien saciar su sed de sexo, no era importante para él...

Deje el auto en el estacionamiento y comence a caminar de regreso a mi hogar, el caminar me haría relajarme, pensar en otras cosas o simplemente pensar mejor mi situación, no podía seguir así, el único que sufria era yo y ya no estaba dispuesto a seguir soportando tanto por alguien a quien no le importaba. Llegue a mi departamento y al entrar note sus zapatos, era lógico que él hubiera llegado más rápido pues venía en su camioneta. Pesé a estar molesto no puedo ser descortes e ignorar a una visita...
-Tadaima... -Dije en un murmuro
-Okaeri MatsuJun. -Respondio desde la sala principal. Me descalce algo frsutrado y fui en su busqueda, encontre a un Sho bien sentado en el sillón mas grande leyendo un périodico, ¡Maldición! Amaba el porte de señorito de Sho, amaba su lado educado y atento así como también amaba su lado oscuro cuando teníamos sexo desenfrenado en mi cama. -¿Pasa algo?
-No... -Respondí secamente, no podía permitir que viera lo débil que era cuando se trataba de él, no permitiria que se aprovechara de los latidos desvocados de mi corazón pero me era imposible, simplemente con verlo o pensar en él una sonrisa estupida se dibujaba en mi rostro...
-Bien entonces preparate, no creo que haya inconveniente en hacer el amor ahorita ¿O si?
Sho no me entendía, no comprendía lo que esas palabras le hacian a mi corazón, no sabía el gran dolor que me provocaban aquellas simples palabras cuando horas antes se había visto con Masaki... Todo dentro de mi colapso. No soporte más tanta humillación y explote, a gritos y con lágrimas en los ojos explique a Sho todo lo que sentía, todo lo que pensaba, todo lo que me estaba torturando desde hace quince años pero sobre todo deje en claro que por más amor que sintiera por él ya no estaría dispuesto a ser su juguete nunca más, él solo se límito a verme y al final me sonrio.
-Ya era hora MatsuJun, ¿Cuanto tiempo más pensabas aguantar? -Me cuestiono a lo que simplemente lo mire con intriga y confusión. -Aún crees que mi corazón late por Masaki pero hace mucho que sus latidos cambiarón de dueño...
-¿Qué dices?
-Jun... -Susurro aproximandose a mi lentamente. -No permitiré que sigas creyendo que Masaki es el dueño de mi corazón por que hace 10 años que este corazón eligio a alguien más que si lo supo valorar y apreciar en todo aspecto.
-Sho-kun, no te entiendo... -Siendo honesto si lo entendía pero deseaba, anhelaba que Sho lo dijera, que esas palabras que tanto había soñado escuchar salieran de esos labios que tantas veces había besado por que todo lo que salia de aquellos labios era real.

"Te amo, Jun"
La poca distancia entre nuestros cuerpos fue acortada cuando me lance a abrazarlo, esos labios que me incitaban con una sonrisa los bese con una alegría incomparable. Había besado muchas veces esos labios anteriormente pero hoy tenían un sabor diferente, los besos que esos labios me daban llevaban consigo un sentimiento diferente, una nueva calidez me invadio y lo inevitable comenzo.

En cuestion de minutos nos encontrabamos recostados en mi cama totalmente desnudos, Sho sobre mi continuaba besandome mientras que sus traviesas manos jugueteaban con descaro por todo mi cuerpo, un simple roce de su suave mano sobre mi hombría me hizo enloquecer de lujuria inmediatamente.
-Hoy estas muy sensible, Jun -Me susurro al oído con un suave tono de voz. -No me digas que te puso así mi confesión.
-Cállate... -Murmure apenado, como había dicho anteriormente; todo lo que salía de aquellos labios era real y esa no era la excepcion, me hacia rabiar el que siempre tuviera razón y me dejara como un tonto.
-Matsumoto... ¿En verdad soy tan importante para ti? -Me miraba desde arriba con esos ojos serenos, no pude mantener la conexión de sus ojos con los míos, buscaba la respuesta en lo profundo de mi mirar y desesperadamente trate de ocultar la respuesta ladeando mi rostro.
-Más de... lo que crees... idiota. -Conteste con un ligero tartamudeo aún sin poder verlo a los ojos
-No hay duda alguna... -Sonrio. -Tú eres el indicado para mi, Jun.

En ese momento entendí que su amor era honesto, que era intenso y no lo soporte más tiempo, bese a Sho con una necesidad loca, enfermiza y él me correspondía con la misma pasión, sus manos me acariciaban con la misma necesidad loca con la que yo lo besaba, me estrujaba bajo su sólido cuerpo, me trataba con algo de rudeza y los gemidos cargados de placer no se hicieron esperar, me exitaba en sobremanera cuando actuaba con esa rudeza y desesperación por hacerme suyo, me encantaba que el tomara el control y me manejara a su antojo haciendome todo lo que él quisiera, complaciendo sus más bajos instintos...
-Jun... -Dijo con un poco de esfuerzo deteniendose de repente. -Ven conmigo... -Extendio una de sus manos hacia mi, la tome y de un jalón me levanto de la cama, sin soltarme me guio al baño con algo de prisa.
Mientras la bañera se llenaba las caricias de mi amado y los besos nunca se detuvieron, una vez llena nos adentramos a ella lentamente y jugueteamos un poco en el agua uniendonos de nuevo en un efusivo beso cargado de mil emociones.
Pasión, amor, lujuria...
Todo nos fue envolviendo y la unión entre nos cuerpos no se hizo esperar. Sho con sutileza me preparo y con la misma sutileza y serenidad comenzo a embestirme, la dulce intromisión de su hombría no me interesaba en lo más minimo, yo deseaba que aquella bestia interna saliera a relucir y comence a gritar, no eran gritos de dolor, eran gritos de desesperación, suplicaba que dejara de lado su ternura y me hiciera suyo de la manera más placentera. Cuando lo escuche reír finalmente lo entendí. Sho estaba siendo cuidadoso a proposito para desesperarme y que suplicará, pues bien ya había hecho mi parte, ahora le tocaba a él.
-Sho-chan... Soy tuyo...
Con esas simples palabras mi amado tomo mis caderas y salio de mi cuerpo con lentitud, agarro su miembro y de una sola estocada se volvio adentrar en mi estreches, aquello fue más de lo que esperaba y suplique repitiera esa acción pero me ignoro por completo. Con su miembro dentro de mi cuerpo y sus manos arañando placenteramente mi espalda comenzo a mordisquear mi cuello, pequeños besos y mordidas me eran proporcionados con diferente fuerza y velocidad, inesperadamente comenzo a mover las caderas de un lado a otro, arriba y abajo, metiendo y sacando su endurecida hombría sintiendo como se movía sin control dentro de mi, todo aquello me llenaba de un placer incomparable, satisfacción y lujuria... Sho me conocía, sabía que su crueldad, su sadismo a la hora de hacer el amor me encantaba, me hacía enloquecer y delirar, que cada rasguño, cada golpe, cada embestida me hacían llegar a la cima.
Al ponernos de pie dentro de la bañera salio de mi cuerpo, a jalones me saco y con fuerza me empujo contra la pared haciendo que la caliente piel de mi pecho tocara los fríos mosaicos de la habitación, con rápidez se posiciono detrás mio y comenzo a besar apasionadamente mi espalda, una de sus manos fue hasta mi larga cabellera negra y halo de ella haciendome dar unos cuantos pasos hacia atrás, fue entonces cuando habilmente me empino haciendo que forzosamente me recargara en la pared para no caer con ambas manos, separo mis piernas con su rodilla y mis gluteos con sus manos... Otra poderosa intromisión me fue otorgada por su duro miembro y las crueles embestidas no tardaron en aparecer, cada una era dada con más fuerza que la anterior, más profunda, más rápida y los gritos de placer, mis gemidos y jadeos salían sin poder ser retenidos. 

Embestida tras embestida, rasguños y golpes, diabolicas caricias a mi hombría y tirones de cabello. Era tan exitante todo en conjunto, no soporte más tiempo y me corrí en su mano, empapada de mis fluidos dicha mano fue llevada hasta mi cuello y fui acariciado por ella para después ser lamida con descaro por su propietario. Aquel maravilloso ser seguía embistiendome mientras susurraba mi nombre, yo sólo podía darle a conocer lo mucho que disfrutaba de todo aquello con mis gritos, sentía débiles las piernas, mis manos ya no podían sostenerme por mucho tiempo pues los orgasmos masivos me hacian temblar y justo cuando creí que caería al suelo... se corrío llenando mi interior de sus tibios fluidos. Con nuestras respiraciones irregulares me dio la vuelta y sonrio, esos labios me incitaron a besarlos pero antes de que pudiera hacerlo esos labios me besaron, en medio de esa unión mágica me condujo de vuelta a la bañera y volvimos a introducirnos a ella.
Me encontraba recargado de espaldas en el pecho de Sho mientras que nuestras manos jugueteaban entre si, un largo y sonoro suspiro salío de mi amado y no pude evitar sonreír.
-Hoy realmente disfrute de esto Sho-chan
Sho no me respondío con palabras, rodeo mi cuerpo con ambas manos y me acerco más hasta él, recargo su barbilla en mi hombro derecho y volvio a suspirar. Oír su respiración tan cerca de mi, oler su dulce fragancia corporal y tenerlo a mi lado era más de lo que podía pedir, me embargaba de felicidad y de una sensación muy cálida...
-No tienes idea de lo mucho que te amo... -Escuchar su risa hizo que me diera cuenta de que esas palabras no se habían quedado solo en mi mente y me avergonce totalmente
-Yo también te amo Jun y creo que es momento de que lo nuestro vaya más allá de sólo hacer el amor, ¿no crees?
-¿A que te refieres Sho-chan? -Pregunte confuso
-Considero que ya va siendo tiempo de vivir juntos...
-¿¡Hablas enserio!?
-Jun, llevo amandote 10 años, ya no puedo estar más tiempo lejos de ti, de tu cuerpo, quiero poder despertar y ver tu rostro pacifico mientras duermes...
-Sho-chan eso es muy cursi y tonto pero... ¡Acepto! ¡Vivamos juntos desde hoy!
Sho río con dulzura y sin dejar de sostenerme entre sus brazos me proporciono un suave beso en mi hombro haciendome temblar completamente.

Y el tiempo paso, los meses volaron y nuestro amor florecio aún más. Viviamos juntos en mi departamento y hacer el amor era diferente y único cada vez. Había días en que todo era dulce y sereno, días en los que nos hablabamos con un amor y una tranquilidad que empalagaría a cualquiera pero, habían más días en los que nos dejabamos llevar por nuestros bajos instintos, nuestras más salvajes pasiones y deseos... Así era nuestro amor, dulce, tan dulce y tan cruel que me era imposible no desvivirme por este amor.

Me era stan imposible no desvivirme por él...



1 comentario: