Hola gente bonita, se que no hay mucha actividad pero he estado bastante ocupada y hasta apenas ayer me puse al corriente con esta historia que espero les guste... SakurAiba:
A la mañana siguiente fui despertado por una empleada encargada de hacer la recámara de Ninomiya-san, ella sería mi instructora a partir de ese momento, me enseñaría todo lo necesario para poder ser un buen mayordomo y sobretodo me enseñaría las costumbres humanas y sus reglas, claro, sin que ella lo supiera.
Para ser honesto, nunca fui bueno memorizando cosas, siendo precavido o discreto, mucho menos iba a ser bueno en labores de limpieza y cocina pero por cumplir mi misión y proteger a Ninomiya iba a ser capaz de todo.
Un mes paso desde mi llegada a la tierra y pronto me acostumbre al vivir humano, al trabajo duro, aunque aún no aprendo todo como es debido sigo esforzandome por no equivocarme y hacer todo bien como me enseñaron y justo como me lo habían dicho los Arcangeles, mis poderes poco a poco comenzaron a disminuir. Afortunadamente en ese mes aprendí un poco de Ninomiya-san, lo que le gusta y lo que no, sus hobbies, supe cuales eran sus sueños y sus próximas metas, entendí como es su trabajo y también entendí lo duro que es ser un idol, en ese lapso de tiempo nos hicimos cercanos puesto que todo el día a diario me la vivia pegado a su lado, pese a ser un idiota por completo he aprendido muchas cosas en un simple mes y aún no había tenido ningún contratiempo, peor no podía cantar victoria por mucho tiempo.
A 60 días de mi fecha límite, finalmente conocí al mejor amigo de Ninomiya-san, aquel humano del cual no se tenía ninguna información clara. No lo entendía, si era humano tenía que tener registros pero... no los tenía, no tenía una historia, una vida y eso me preocupaba.
Llevaba a Ninomiya a la empresa dónde trabaja, en el trayecto su celular comenzo a sonar y atendio rápidamente a la llamada.
-¿Hai? -Respondío. -¡Ah! Sho-chan, cuanto tiempo, hace mucho no me marcabas... Si, estoy en camino... No seas desesperado que ya casi llego... ¡Ah! lo olvide... No me grites, venía muy apurado y olvide el CD en la mesa... No te preocupes, le pediré a mi mayordomo que regrese por el una vez que me deje en la empresa... -Suspiro algo tenso. -Tranquilo, no voy a tardar y él tampoco tardará en traer el CD... hai, te veo en unos minutos.
-¿Pasa algo malo Ninomiya-san? -Inquirí preocupado de que estuviera suspirando repetidas veces.
-Me olvide el material que iba a necesitar hoy sobre la mesa y Sho-chan esta reprendiendome como si tuviera 5 años -Volvio a suspirar fastidiado. -Masaki, ¿Puedes regresar por el CD y traerlo lo más rápido que puedas?
-Claro Ninomiya-san.
Deje a Ninomiya frente a la empresa y rápidamente regrese por el CD que había olvidado, de vuelta en la empresa me adentre al edificio y hable con la chica en recepción.
-Buenos días, he venido a dejar esto a Ninomiya Kazunari, ¿podría ser tan amable de entregarselo?
-Lo siento, pero Ninomiya-san dejo ordenes de que subiera a dejarselo usted mismo Aiba-san.
La chica me dio instrucciones muy claras y precisas de como llegar a donde Ninomiya se encontraba y tan rápido como pude llegué al decimo piso donde estaba el estudio de grabación, buscaba con algo de desesperación el Estudio B cuando un hombre salío de una habitación cercana a mi, alegremente me acerque hasta aquel hombre y pedí indicaciones.
-¡Ah! Eres el famoso mayordomo, ¿Cierto? -Pregunto con una sonrisa enternecedora
-Ah, si... Aiba Masaki para servirle. -Conteste haciendo una reverencia.
-Mucho gusto Aiba-san, Sakurai Sho... -Mis ojos se abrierón de par en par cuando escuche su nombre, por fin tenía ante mi al chico misterioso y ahora que sabía como era no iba a perderlo de vista hasta no saber todo de él. -Acompañame Aiba-san, Nino nos pidio que te llevaramos con él si te encontrabamos puesto que no eres muy bueno con las direcciones.
-Muchas gracias, a decir verdad no soy bueno en muchas cosas pero Ninomiya-san me tiene mucha paciencia y algunas veces me ayuda a que se me faciliten las cosas
Sakurai me guío por un laberinto de pasillos en los cuales, seguramente de haber venido solo, me hubiese perdido. Llegamos pronto al Estudio B y al entrar me encontre a Ninomiya grabando parte de su nueva canción... Escuchaba con atención la letra de aquella canción, era hermosa, la letra, la melodía, la voz... Todo en conjunto hacían una maravillosa canción que me llego al corazón, sin poder evitarlo lágrimas comenzaron a brotar y Sakurai, que aún estaba a mi lado me miro atentamente.
-Eres alguien muy sensible. -Dijo sacandome de mi pequeño trance, limpie mis lágrimas y le regale una sonrisa
-Es una bella canción, ¿Como no llorar con tanto sentimiento que transmite?
-Para mi es algo muy sentimental, prefiero que las canciones tengan un ritmo más rudo aunque la letra sea igual de enternecedora
-¿Como que canción sería la adecuada para usted?
-Ven, te la mostraré...
Sakurai me llevo al estudio de al lado, me enseño rápidamente a manejar el tablero de control y se adentro a la cabina para cantar, al darme la señal encendí todo tal y como él me había enseñado y segundos después su canción comenzo.
Era una canción movida, tenía buena letra pero lo que me dejo aún más impresionado era la voz, esa voz tan masculina, gruesa, hacía que se me erizaran los vellos de mi cuerpo y una sensación se apodero de mi, ¿que era esta sensación?
Nunca antes había sentido tal cosa, era como estar feliz sin razón aparente, como tener un buen día con el clima que más te gusta, como escuchar tu canción favorita cuando andas de paso por la ciudad, como comer tu postre favorito después de que paso mucho tiempo sin comerlo, una sensación tan cálida que hizo palpitar feroz a mi corazón... ¿Qué era esta sensación nueva y desconocida?
Pronto su canción termino y salio de la cabina acercandose lentamente a mi, ¿Por que su cercanía de pronto me hacía sentir incómodo? Apago todo y me invito a salir para ir de regreso donde Ninomiya se encontraba. Al entrar Ninomiya ahora estaba en la mesa central con su computador, miraba fijamente la pantalla mientras llevaba una de sus manos a su cabello y se comenzaba a rascar como si estuviera pensando.
-Así que ya terminaste Nino -Le hablo Sakurai mientras se acercaba hasta el aludido
-Aún no, hay una parte de la canción que no me gusta y estaba pensando en cambiarla pero no se me ocurre nada bueno y estoy comenzando a estresarme...
Al escuchar a Ninomiya decir eso rápidamente salí en busca de una maquina expendedora de bebidas, cuando Ninomiya estaba afligido por algo tomaba algo frío y un poco amargo y a su vez también conseguí un zumo para Sakurai-san.
-Ninomiya-san, aquí tiene un té negro.-Dije mientras debaja la lata a un lado de su computador. -Sakurai-san, no conosco sus gustos pero me atreví a traerle un zumo de frutos rojos. -Añadí dejando dicha lata frente a él
-Gracias Masaki. -Sonrio complacido. -Lo que me sorprende es que hayas adivinado la bebida favorita de Sho-chan
-Ah, es que cuando oí la canción de Sakurai-san esa bebida se me vino a la mente
-¿La canción de Sho-chan? ¿Te mostró su canción?
-Si, tiene una melodía muy alegre aunque la letra es muy sentimental, en mi opinión es una buena canción y me gusto mucho la voz de Sakurai-san... -Tarde me di cuenta de las palabras que habían salido de mi boca con emoción, cuando me percate de ello mis mejillas se tiñerón por la vergüenza que sentía.
-Estoy muy agradecido Aiba-san pero yo pienso que Nino tiene una mejor voz que la mía -Me sonrio tiernamente mientras abria la lata de zumo
-Está claro que Ninomiya-san tiene una voz espectacular pero usted también la tiene, son dos tiembres de voz muy diferentes pero ambos son hermosos y ambos me dejaron maravillado, esta muy claro que este trabajo es para ustedes pues nacieron con el talento.
-Vaya, realmente nos halagas Masaki pero es curioso, muy curioso que Sho-chan te haya mostrado su canción especial, canción que ni a mi que soy su mejor amigo me ha dejado escuchar. -Volteo a ver al aludido con mirada reprobatoria. -Sho-chan, ¿hay una razón especial para eso?
Sakurai se limito a sonreir desvergonzadamente sin dar una respuesta, ambos tomaron sus bebidas y tras una larga charla entre los tres me retire de vuelta al que ahora también era mi hogar dispuesto a continuar con mis deberes del día pero sin dejar de pensar en aquella sensación que se había apoderado de mis sentidos.
- También pueden ver esta historia en nuestro LiveJournal:




No hay comentarios:
Publicar un comentario